Argentina reduce el impuesto sobre las importaciones de bienes y servicios, una decisión no exenta de costos y riesgos pero que forma parte de la estrategia del Gobierno de Javier Milei para luchar contra la elevada inflación.
Luis Caputo, ministro de Economía, anunció que desde este 2 de septiembre la alícuota sobre el impuesto para las importaciones de bienes y servicios pasará del 17,5 al 7,5 por ciento, retrotrayendo el arancel de diciembre de 2023, cuando Milei, asumió la Presidencia, lo elevó en su plan de shock para estabilizar la macroeconomía.
La reducción, va a permitir abaratar costos de materias primas y bienes intermedios, y, por ende, bajarían los precios de productos terminados y estimularía la competencia en general.
Javier Milei busca consolidar el proceso de desaceleración de la inflación, que se ha ido moderando, hasta un 4 por ciento en julio, según el último dato oficial, y que probablemente se ubique en 3,8 por ciento en agosto.
La carga tributaria en el precio de venta final para bienes producidos en Argentina que usan insumos importados es de entre el 2 y 6 por ciento, por lo que la reducción sobre el precio final estaría ahora entre 1,14 y 3,4 por ciento.
Algunos expertos advierten que el abaratamiento de las importaciones incentivará las compras externas y, por ende, la demanda de divisas, sumando presión a las reservas, que se encuentran en 5.900 millones de dólares.