La economía de Estados Unidos retrocedió durante el segundo trimestre 0.9%, acumulando dos trimestre con caídas, lo que implicaría una recesión técnica. Algunos expertos esperaban que el PIB creciera 0.3%, tras bajar en el primer trimestre 1.6%.
Aunque, según otros parámetros aún no se trataría de una recesión, y de hecho, para Tim Quinlan, definir una recesión no es sencillo y va más allá de la duración de una recesión.
Según el especialista, la economía no está en recesión cuando tres indicadores subieron durante el mes, como ventas reales, empleo no agrícola, ingresos reales y producción industrial.
Algunos de estos indicadores perdieron fuerza, como el gasto de consumo personal en el segundo trimestre, que perdió 1,7%. Y el crecimiento de la inversión privada real, que retrocedió a -13.2%, según datos de la Reserva Federal de Atlanta.
La economía de Estados Unidos es golpeada por la alta inflación, falta de empleados, inicio de política monetaria que busca recortar excesos de liquidez, menor estímulos, inicio de la guerra en Ucrania, y suministros interrumpidos.