Una gran expansión en créditos fiscales para empresas que capturan y almacenan emisiones de carbono en virtud de la nueva ley climática impulsada en Estados Unidos por Joe Biden, podría ser una ayuda para la industria del etanol, debido que busca alcanzar objetivos climáticos a mediados de siglo.
La Ley de Redención de Inflación que Biden promulgó elevó significativamente los créditos fiscales para proyectos industriales que capturan emisiones de dióxido de carbono, y que almacenan bajo tierra o son usados como componente básico de otros productos.
La industria espera usar tecnología de captura y almacenamiento de carbono, con la ayuda de la red de tuberías de transporte de carbono, para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050.
La ley permite a las empresas recolectar hasta 85 dólares por tonelada, en lugar de 50 dólares, de carbono capturado almacenado bajo tierra, y 60 dólares por tonelada, en lugar de 35, por carbono capturado en otros procesos de fabricación.
Los proyectos podrían capturar unos 39 millones de toneladas de carbono cada año, lo que podría hacerlas elegibles para más de 3,300 millones de dólares en créditos fiscales. La producción de etanol se presta para los proyectos de captura de carbono debido que el proceso de fabricación emite corriente pura de dióxido.