Liz Truss primera ministra británica está bajo presión para que renuncie, luego de haber cambiado su plan fiscal por el caos provocado en los mercados financieros. La dirigente, que asumió el pasado 6 de septiembre, se reunirá con sus ministros y algunos parlamentarios, muchos de los cuales han pedido un nuevo liderazgo.
Truss propuso una estrategia que estuvo obligada a revertir por las fuertes críticas recibidas, con el consiguiente golpe contra su autoridad. El nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, revirtió los recortes fiscales en un intento por salvar el mandato de Truss.
Los diputados del Partido Conservador están divididos sobre mantener su apoyo en Truss con el eventual objetivo de evitar unas elecciones que fuercen su salida, para esperar una mejor perspectiva de cara a los elecciones previstos para el año 2024.
Los conservadores quieren evitar unas primarias, que llevarían semanas, por lo que están interesados en buscar un candidato de consenso que pueda sustituir a la actual jefa del Ejecutivo, si renuncia o es forzada su marcha.
El problema principal pasa por encontrar a una figura que una al partido conservados, en un momento de gran división interna provocadas por la salida del país de la Unión Europea y empeoró durante el mandato de Boris Johnson.