Polonia, muestra su preocupación por los combates cercanos a la central nuclear de Zaporiyia, por este motivo distribuye pastillas de yodo a cuerpos de bomberos para que estos entreguen a la población en caso de exposición radiactiva.
Los bombardeos han dañado edificios cercanos a los seis reactores y han cortado cables eléctricos, generando riesgo que se produzca una catástrofe nuclear que afecte a países vecinos. Tanto Putin, como Zelenski se culpan mutuamente de bombardeos cerca de la central.
La incursión rusa en Ucrania puso en vilo a los estados satélites y la reciente amenaza del presidente Vladimir Putin de usar armas nucleares hizo que los residentes se abastecieran rápidamente de yodo en las primeras fases de la guerra.
El ejército enviado por Vladimir Putin disparó nueve misiles contra la región de Zaporiyia, alcanzando un hotel y la central eléctrica.
El jefe de la agencia atómica de las Naciones Unidas expresó que no abandonará el plan de crear una zona de protección cerca de la planta, pese a los planes sugeridos por Putin de movilizar tropas y realizar un referéndum en esa región.