Vladimir Putin señaló este martes 15 de febrero que Rusia no quiere una guerra en Europa, pero calificó de genocidio lo que sucede en las regiones escindidas del este de Ucrania y solicitó que el conflicto sea resuelto a través de los acuerdos de paz de Minsk.
En rueda de prensa junto al canciller de Alemania Olaf Scholz, el presidente ruso manifestó que su país había decidido retirar algunas tropas de las fronteras con Ucrania y que veía margen para continuar conversando con Occidente sobre las exigencias de seguridad que solicita su país.
El mandatario aseguró que no había respuesta constructiva a las demandas rusas. Uno de los productores más relevantes de gas natural y petróleo no señalo cuántas tropas se retiraban, la concentración de militares rusos ascendería a las 130.000 tropas que desencadenaron una crisis en las relaciones con Europa y Occidente.
Imágenes de satélites tomadas hace un par de días mostraron una fuerte actividad militar del ejercito ruso en varios sitios cercanos a Ucrania, incluidos despliegues de tropas y helicópteros, y aviones de guerra que fueron desplazados a lugares avanzados.
El jefe de la OTAN vio las señales de Rusia como positivas, y que podría estar intentando conseguir una solución diplomática, pero pidió a Moscú demostrar una fuerte voluntad de actuar. Jens Stoltenberg dijo que Rusia deja a menudo equipo militar tras realizar ejercicios, creando una posibilidad de que las fuerzas vuelvan a reagruparse.